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Cultura

12/10: Recordamos a los pueblos originarios entrerrianos

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Desde el año 2010 nuestro país conmemora cada 12 de Octubre el “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”, dejando atrás el mal llamado “Día de la Raza” e invitando a la reflexión y a la valoración de todo lo aportado por nuestros pueblos originarios.

Pero, más allá de lo aprendido escolarmente sobre este hecho que cambió nuestra historia ¿Cuánto sabemos de los antiguos habitantes de nuestro suelo entrerriano? ¿Quiénes fueron esos antepasados que sufrieron en carne propia la conquista española?

Nuestros habitantes originarios.

Antes de la llegada de los españoles, a mediados del siglo XVI, nuestro territorio estaba poblado por etnias y tribus nómades dedicadas a la caza, a la pesca y a la recolección, a excepción de la Guaraní.

En la zona baja del Río Paraná se encontraba la Chaná, etnia asentada en las Islas de las Lechiguanas, y sus subdivisiones culturales de los Timbúes, ubicados en las islas de los Departamentos de Victoria y Diamante, y los Mbeguáes, en las Islas del Ibicuy y el curso inferior del Río Uruguay.

En el norte de nuestra provincia, más precisamente en el actual Departamento La Paz, se situaron los Mocoretás. Integrantes de los Chanás, estos indígenas fueron llamados ‘machkuerendes’ por el cronista de Pedro de Mendoza en su escrito “Viaje al Río de la Plata”.

En dicha obra Ulrico Schmidel describe: “…allí encontramos mucha gente llamada Machkuerendes. Estos no tienen más comida que pescado y algo de carne […] nos recibieron bien a su modo haciéndonos parte de su miseria…”.

Sobre ambas orillas del Río Uruguay y en el centro y nordeste de Entre Ríos estaban los Charrúas. Bohanes, Martidanes, Guenoas, Yaros (Dtos. de Federación, Colón y Concordia) y Minuanes integraron esta etnia protagonizando batallas recordadas, como en la que se dio muerte a Juan de Garay en 1583.

También habitaron nuestro suelo pueblos originarios como los Guaraníes (visitaban en incursiones el Delta del Paraná) y los Carcarañáes (Departamentos de Diamante y Victoria), así como también lo hicieron diferentes tribus chaqueñas y de misioneros de la Compañía de Jesús.

Descendientes indígenas hoy.

Actualmente en Entre Ríos existen grupos de descendientes de charrúas mestizados agrupados por la Coordinadora de Comunidades Charrúas de Entre Ríos (Codecha).

La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas 2004-2005 informó que unas 676 personas de nuestra provincia se reconocieron descendientes en primera generación del pueblo charrúa.

El Censo poblacional realizado en nuestro país en el año 2010 arrojó como resultado que unos 13.153 habitantes se consideraron descendientes de indígenas.

Fuente: Wikipedia.org.
Video: Portal Aprender.

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Cultura

ENTRE RIOS PARAÍSO DE AVES SILVESTRES

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Este libro trata sobre las aves silvestres en los ambientes de la provincia de Entre Ríos.

Las aves de Entre Ríos con más de 400 especies registradas, tan abundantes como diversas, explican su presencia en la diversidad de hábitat que tiene la provincia, que va desde el bosque nativo en el espinal montielero hasta uno de los humedales más grandes del planeta:

*El delta del río Paraná, con más de 1,4 millones de km2;

*Al oriente la selva uruguayense, hasta la margen oeste del río Paraná: la selva paranaense, sin contar con el amplio territorio interno, con los más de 7.000 cursos de aguas, entre arroyos y cañadones internos, con árboles, arbustos, pastizales y pajonales, que brindan a las aves alimento y resguardo.

Estos ambientes hacen a la provincia de Entre Ríos única en el país en cuanto a diversidad en aves nativas.

Las aves están tan arraigadas en el arte, la música, la cultura, la sociedad y la economía como en la propia identidad entrerriana.

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Cultura

INMIGRANTES ALEMANES DEL VOLGA

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El día del Inmigrante Alemán del Volga fue definido el 15 de abril del año 1975, cuando por primera vez se celebró una reunión en la ciudad de Crespo (Entre Ríos), para formar una Comisión de Descendientes de Alemanes del Volga, con el objetivo de reunir a todos los descendiente de Alemanes del Volga del país, y de esa forma mantener viva la tradición y las costumbres de nuestros antepasados.

Sólo en Entre Ríos se utiliza la palabra “aldea” para la denominación de un pueblo y son las aldeas de los Alemanes del Volga. Se presume que un 15 por ciento de la población entrerriana tiene vínculos directos e indirectos con la colectividad.

Antiguas tradiciones

“¿Qué habrán sentido nuestros ancestros al contemplar el verdor exuberante de estas tierras, ellos que venían del crudo invierno ruso, abrigados con gorros y casacas de piel?” La pregunta de Darío Wendler –guía referente de historia, patrimonio y cultura– queda flotando. Descendiente en tercera generación de aquellos pioneros, Wendler sugiere una clave para su supervivencia: “La vida de los alemanes del Volga giraba y aún gira en torno al trabajo, la religión y la educación. Por eso nuestros edificios más importantes son la escuela y el templo”. La iglesia católica de Valle María –una de las cinco aldeas fundadas en 1878– atestigua la devoción de los colonos. Según crónicas de Nicolás Gassmann, la primera construcción fue de adobe, con techo de caña tacuara trenzada con cuero de yeguarizo. Para edificar la segunda, en 1886, cada familia aportó dos mil ladrillos y 100 pesos y hubo que traer arena en carros desde el Paraná. La actual, de estilo ecléctico, luce en el ábside un espléndido mural de la paranaense Amanda Mayor.

Dormir en trincheras improvisadas

En la hoy emblemática Chacra 100 –el lote donde residieron los colonos entre enero y julio de 1878– ya no hay rastros de los galpones de adobe con techo de paja donde encontraron apretado cobijo. Solo quedan las ruinas del primer juzgado de paz y algunos nogales que todavía abastecen de pecán a los vecinos. “Aunque algunos venían del Wiessenseite (llanura) y otros del Bergeseite (región montañosa), y unos eran católicos y otros protestantes, los Alemanes del Volga siempre fueron muy unidos”, comenta Darío. Por eso no tuvieron problemas para organizar los galpones, improvisar colchones rellenando bolsas con espartillo o dormir a la intemperie cuando era necesario (no olvidemos que eran poco más de mil personas). Desde ese campamento rústico, muchos recorrían a pie los 15 km que los separaban de Diamante para asistir a misa los domingos. Durante los seis meses de tira y afloje con el gobierno argentino –que pretendía que cada familia viviera aislada en una chacra de 44 hectáreas, mientras ellos solo concebían vivir juntos– algunos se trasladaron subrepticiamente a otras chacras (201 y 202).

Allí excavaron pozos de cuatro metros de largo por tres de ancho y dos de profundidad, a los que techaron con chilca, ramas y paja brava. Y empezaron a dormir en esas trincheras improvisadas, como lo habían hecho en el Volga cuando no tenían ladrillos. Los criollos los llamaban “los vizcacheros”: decían que eran como las vizcachas, que también duermen bajo tierra. El conflicto con las autoridades escaló hasta que, apremiado por un ultimátum (“Si no podemos vivir agrupados, ningún alemán del Volga permanecerá en Colonia Alvear”), el presidente Avellaneda los autorizó a radicarse en aldeas el 21 de julio de 1878. Así se fundaron las cinco primeras: Valle María, Protestante, San Francisco (Pfeiffer), Spatzenkutter (antes Marienfeld) y Salto. Al año siguiente llegaron nuevos colonos marchando a pie desde el sur de Brasil y fueron ubicados en la Aldea Brasilera. El gobierno otorgó a cada familia un arado con sus cadenas, dos palas, una azada, un hacha, un rollo de soga, dos bueyes, dos vacas lecheras, dos yeguas y un caballo. Todo a pagar en cuotas después del tercer año, durante cinco años sucesivos. Al comienzo, el schulmeister se ocupaba de la enseñanza; después se crearon las escuelas parroquiales: por la mañana, los niños recibían clases en castellano; por la tarde, canto y educación religiosa en alemán.

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Cultura

RAYADORES DEL RIO URUGUAY

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El Club de Observadores de Aves (COA) Güirá Pirá de Concepcion del Uruguay, lleva adelante la campaña “Rayadores del río Uruguay”, que tiene como objetivo primordial proteger estas aves playeras.

Este año en lo que representa un avance más en la protección de estas aves, pues a la COA se sumó con la presencia permanente de agentes del Cuerpo de Guardaparques de la Provincia de Entre Rios, quienes realizaron un excelente trabajo en la conservación y cuidado de esta especie.

Dentro del equipo de trabajo también participan la Fundación Banco de Bosques, la Dirección de Áreas Naturales Protegidas de la Provincia de Entre Ríos

Rayador es el ave que se conoce con el nombre científico «Rynchops niger».

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